Los años han pasado muy rápido, desde los primeros días hasta ahora que se llega a los 60 años, los Comandos de Salvamento siempre han dicho presente en las necesidades más duras por las que ha sufrido El Salvador.
Terremoto del 3 de mayo de 1965, ahí estaban con su casaca blanca, pantalón y falda verde olivo las mujeres que se unieron al voluntariado.
Huracán “Fifi” aparecen los Comandos de Salvamento con su uniforme café para ayudar en las destrucciones causadas por las fuertes tormentas que azotaron al país.
Así pasaron los años y los socorristas siempre dejaron su huella entre la comunidad por su espíritu de servicio al prójimo.
Durante los años 80, El Salvador sufrió los embates del conflicto armado, por ello, Comandos de Salvamento cambia su uniforme al color amarillo con varios zipperes para que durante los enfrentamientos lograran ser vistos por los combatientes (guerrilla y soldados).
Así pasaron los años, hubo tomas de catedral, de las oficinas de la OEA, y otras sedes consulares, ahí estaban los Comandos listos para brindar la ayuda a los rehenes y ser puestos fuera de peligro.
Años de cruentos combates donde los Comandos expusieron sus vidas para poder rescatar bajo las balas a los heridos y ser llevados a los hospitales, tiempos que jamás se quieren volver a vivir, pues dejaron miles de fallecidos y lisiados de este conflicto armado.
Posteriormente, los Comandos de Salvamento logran reformar su uniforme a un pantalón y camisa tipo comando y el cual aún se mantiene, gracias a los miles de voluntarios se ha logrado ayudar en los momentos más duros, como los terremotos de 1986 y 2001, que causaron gran destrucción al país, siendo el edificio Rubén Darío y Hospital de Niños Benjamín Bloom, en el 86, sitio de la mayor tragedia.
2001, la colonia Las Colinas en Santa Tecla, donde parte de la tierra sepultó a centenares de viviendas y por muchos días se luchó para recuperar los cuerpos.
Huracanes que dejaron a su paso mucha destrucción y siempre los Comandos dijeron presentes, a pesar de los pocos recursos con los que se cuentan para poder realizar las tareas de rescate, pero el gran espíritu de servicio del voluntariado ha dicho sigamos adelante que las personas nos necesitan.
Hoy se llega a los 60 años de existencia con las botas puestas y un gran corazón para continuar nuestra misión de servir y nunca desfallecer pese a la pandemia que también nos ha arrebatado compañeros y que guardan un lugar muy especial en la historia de los Comandos de Salvamento.
Dios, Valor, Lealtad. Por la Seguridad.
